En la Roma del siglo I, la vestimenta variaba según género, clase social y ocasión. Los hombres, ciudadanos romanos, solían llevar la toga, una prenda emblemática y distintiva. Las mujeres usaban la stola, una túnica larga, y la palla, un manto. La vestimenta también reflejaba el estatus social, con adornos y colores que indicaban la posición de la persona.
Vestimenta de los hombres
- Túnica: Bajo la toga, los hombres usaban una túnica corta.
- Toga: Era la prenda principal de los ciudadanos romanos varones, una pieza de tela semicircular que se envolvía alrededor del cuerpo. La toga era un símbolo de ciudadanía y estatus social.
- Paenula: Un manto más grueso y con capucha, utilizado en climas fríos.
- Calzado: Sandalias o zapatos cerrados.


Vestimenta de las mujeres
- Stola: Una túnica larga que llegaba hasta los tobillos.
- Stolas adornadas: Las mujeres de clase alta a menudo usaban stolas adornadas con bordados, franjas y a veces hilos de oro.
- Palla: Un manto o chal que se colocaba sobre los hombros, a veces utilizado para cubrir la cabeza.
- Velo: Unos velos de colores variados.
- Calzado: Sandalias o zapatos cerrados.
Clase social y vestimenta
La vestimenta en la antigua Roma no solo servía para cubrirse, sino que también era un reflejo directo del estatus social, el género y la ocupación de cada persona.
🏛 Estatus y distinciones
- Los colores y tejidos indicaban la posición social. Por ejemplo, el color púrpura, muy costoso, estaba reservado a los ciudadanos de mayor rango.
- Los senadores llevaban túnicas con franjas púrpuras (laticlavia) y calzado rojo, símbolos visibles de su cargo y dignidad.
💍 Accesorios y adornos
- Las mujeres de clase alta solían lucir joyas y adornos elaborados, que complementaban su vestimenta y resaltaban su posición dentro de la sociedad.
👕 Vestimenta cotidiana
- La ropa más común incluía túnicas, capas y mantos drapeados. Estas prendas variaban en calidad y estilo según el nivel económico.
- Los obreros, campesinos y pastores usaban la exomis, una túnica corta y sin mangas, más práctica para el trabajo físico, acompañada de un manto sencillo.
En resumen:
La vestimenta romana del siglo I era mucho más que una cuestión de moda: funcionaba como un símbolo visible de clase, poder y función social, diferenciando claramente a ciudadanos, esclavos, ricos, pobres, hombres y mujeres.